lunes, 8 de febrero de 2010

La vida inútil de Janik Ramírez (II)



La existencia se me ha vuelto tediosa. Mi horario de la universidad en un principio quedó de la real chingada y aunque apenas hoy acabo de ajustarlo para que mis materias quedaran en la tarde, yo, francamente, quería todo en la mañana (y todavía falta el desastre que se cargan en prehispánica a ver quien dara náhuatl y quien maya... ¡Gracias coordinación inepta!)

El anterior fin estuve de malas y desganado, tanto que no tenía ánimos de salir y me gané, una vez más, un disgusto con mi novia. Desde hace algun tiempo traté de emprender un nuevo camino dejando de ser un vago, un paria que solo iba a su casa a comer y a dormir. Colaboro en las actividades de la casa, me llevo un poco más con mi familia y, no voy a negarlo, me ha traido muchos beneficios. Sin embargo, no soy totalmente feliz.

¡Extraño la vagancia! Yo era feliz yendome a cualquier lado sin pensar en lo que pùdiera encontrarme. Solo llevando conmigo mi MP3 y mi mochila con algo para leer y escribir. Era emocionante y divertido leer poesía en el metro, no tanto por el dinero, sino por darme a conocer por mis propios medios y de viva voz lo que yo hago... y después, ver a mi amada y dejar que el amor manejara el resto del tiempo a su antojo ¡Era genial! ¡eso me hacía feliz!

Actualmente, me han infundido malas percepciones de mi felicidad por montones. Yo si quiero cambiar, ser mejor y esas cosas, pero se han metido con algo que me hacía sentir vivo, que le daba un sentido a mi existencia. Ahora cuando salgo, siempre me ataca el remordimiento, el "no llegues tarde", "eso que haces es vergonzoso", o simplemente el "¿a donde vas?" están presentes en mi mente. Y tienen que salirse, aunque a veces mis pronósticos sobre ello sean demasiado pesimistas.

Mientras tanto yo veré si la cura esta en una ducha mezclada con música de Soundgarden...

No hay comentarios.: