martes, 26 de agosto de 2008

El dos por uno: Sonata de dos muertos




Ven,
llena de sol esta penumbra
y tiñe de rojo el hermoso cielo,
solo así el deseo florece
y alza su victoria de entre los miedos
que sumas en ecuación perfecta:
tu cuerpo,
mi muerte triunfal,
el hogar de mi espada desnuda;
soy también el ataúd donde agonizas
como ángel sin recuerdo...
es eterno nuestro mutuo fín,
tú, tan perfecta y compleja
y yo, tan amoroso y simple.

El dos por uno: Mis últimos 19

¡Así es, damas y caballeros! Hoy habrá doble dosis de post.

Ni las moscas se paran por este blog desde que estuvo en coma por meses (gracias Ofistore, gracias PC Rent), pero esta semana se vuelve rara. Faltan cuatro días para el peor suceso que la historia pueda registrar, el 20 aniversario de que fui expulsado (o al menos eso hasta ahora me han hecho creer) a este mundo, mientras mato el tiempo en mi trabajo porque no hay nada que hacer, luego de que me pusieran a revisar hasta faxes e incluso ¡cajas registradoras de supermercado! ¿Desde cuando eso es jurisdicción de un técnico en computación? Mi MP3, estimada caja musical, rola el mismo playlist: DJ Shadow, Editors, Röyksopp y lo que venga, mientras veo la larga tardanza para descargar desde Rusia con 15 kbps de velocidad, el Modern Guilt de Beck y recuerdo el malviajado camino hacia el Wal Mart cercano a mi trabajo mientras escuchaba el Pocket Symphony de Air. Mi última semana en este trabajo corre (ya lo había decidido: este trabajo solo lo agarraría para tener "algo que hacer" mientras entro a mi curso de inglés) y mis últimos momentos como un tipo de 19 años. No quiero ser adulto, aún no. Sé lo que es eso y no me gusta, aunque esté consciente de que tarde o temprano, necesitaré comportarme como tal.

Odio la rutina, odio dormirme en el metro, odio casi todo lo que mi vida es al momento, y aunque se que pronto todo regresará a la normalidad, no puedo evitarlo. Urge que mi vida vuelva a ser la de antes, quiero que los días sean concordes (RIP), que todo pase volando, que cobre mi quincena, que llegue mi cumpleaños y mi primer viaje solo fuera de la ciudad. Así podré volver a ser yo.