jueves, 18 de septiembre de 2008

De Manhattan a Morelia

Una mañana. Una noche. Para muchos era un día normal que se tornó trágico. New York, Michoacán... ¿Qué tiene que ver uno con el otro?, le pregunta un niño de primaria cuando su maestra le enseña un globo terráqueo que aún tiene al coco gringo: la URSS. Pero esa pregunta también se la hace un niño de alguna elementary school neoyorkina cuando pone por puro azar una línea entre New York y algún rincón del vecino sureño. El Google Earth indica: Morelia.

Es 2001, es 2008, no hay 7 años de diferencia. Padre e hijo suben a la Torre 1. Un avión. Mira, papá, quiero pilotear uno de esos cuando sea grande... Ven, hijo, ya es 15, vamos al centro, le dice su progenitor. Toda la familia ha caminado por las calles del Centro Histórico de la antigua Valladolid mexicana, comiendo antojitos y viendo como la verbena popular empieza.

El avión crece, aumenta de tamaño. Todo parece en calma. El papá en Manhattan mira su reloj: 9:45 am del 11 de septiembre; en Morelia todos esperan la salida del gobernador, el papá mira su reloj: 10:57 pm del 15 de septiembre. Alguien puso algo en el suelo. No es lo mismo la luna que el sol, ni tampoco los sueños que se esfuman con el despertador.

El grito se da en dos partes, y en las dos es silenciado. Uno lo acalla un avión, otro una granada de fragmentación. No pueden correr, solo caer.

La televisión muestra los restos en vivo, sin respetar el dolor de aqui y allá. Los diarios "entre más venda, mejor" tampoco. Exhiben la tragedia como si fuera el circo. A los neoyorkinos, les han hecho creer que la culpa fue de terroristas islámicos. A los michoacanos, les han hecho pensar que fue "el crimen organizado". A nadie le importa ahora eso, PAPÁ ESTA MUERTO.

Es el mismo terror. Es el mismo dolor. Es el mismo culpable que nadie se atreve a señalar, con dos nombres. Uno, George Walker Bush; otro, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.

Mientras tanto, ambos hijos lloran.

En memoria de los muertos en el atentado del pasado 15 de septiembre en Morelia, Michoacán. Y que el silencio que lanzamos, que para el gobierno sea un reclamo a la cúpula del poder para que se vaya, y para la ultraderecha -autora del atentado-, un escupitajo a este despreciable acto que ejecutaron.

jueves, 11 de septiembre de 2008

M83 - Saturdays = Youth

Desde 2005, no tuve noticia alguna del ahora colectivo francés lidereado por Anthony González llamado M83. Eran los tiempos del buen álbum Before the dawn heals us (Antes que el amanecer nos alcance), un disco que, a mi parecer, se disfruta más mirando una panorámica nocturna de alguna gran ciudad. Ahora, han regresado con este material desde abril de este año, titulado Saturdays = youth (El sábado es juventud; el signo igual se traduce en estos casos como la conjugación "is")

Al escuchar la inicial y altamente disfrutable "You, appearing", puede que no te meta al ambiente general del disco, pero llegando a "Kim & Jessie" -segundo sencillo apenas lanzado en julio-, la retrospección ochentera se hace presente, y no al estilo en que lo hacía, por ejemplo, Duran Duran (que también me gusta), sino con una atmósfera de sonidos que te envuelve en las sensaciones que el buen Anthony busca evocar en el escucha y que continúa, un poco más introspectivo, en "Skin of the night". Pero llegando al primer corte "oficial" del disco ("Graveyard girl"), se nota el alejamiento de M83 de la electrónica saturada que lo caracterizó en mucho tiempo y su introducción al rock instrumental y al movimiento británico ochentero llamado shoegaze (donde los músicos, al tocar en vivo, nunca levantan la vista al público). Una canción emotiva, con tintes propiamente rockeros. Los cortes son algo largos y canciones como "Couleurs" y su escondido beat lo demuestran, para que despues no falte el puritano electro que quiera sacarle su remix. "Up!" y esa voz tan tierna (aunque al escucharlo, creí que era un clon perdido de Sarah Brightman), apta para nostálgicos, que da paso después a la ya remezclada "We own the sky", donde lo electrónico vuelve a tener asomo y una voz femenina relatando un viaje nos abre la puerta a "Highway of endless dreams" y a la tristeza de "Too late", continuada con un poco de guitarra en "Dark moves of love" y, el grandioso final, "Midnight souls still remind" es un momento de relajación.

Saturdays = youth
evoca el pasado de muchos y el presente de otros, para algunos, ha superado lo que logro con Dead cities, red seas and lost ghosts, pero otros extrañarán, quizás, eso que hizo tan famoso a M83

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