domingo, 8 de noviembre de 2009

>.el reencuentro de los discos

Desde hace una semana, empecé a poner en mi cuarto unos racks de metal para poner discos que me regaló un tío. Si bien, ya me habían regalado uno cuando cumplí los 17, solo le cabían 70 discos ¿Que haría con los otros 180 que tengo? Total, acabé por ponerlos en un mueble ubicado detrás de mi computadora donde, con el paso de dos grabadoras, dos unidades de CD en mi computadora y algunos años... ese equivalente material del olvido que es el polvo acabó cubriéndolos. Con el trabajo me olvidaba de aquellos momentos donde sacaba unos cuatro discos para meterlos en mi mochila y reproducirlos en mi discman, ya fuera camino a la escuela, a recorrer la ciudad por el puro gusto, al Chopo o a Tepis por más material... o simplemente, de ponerlo en la casa para amenizar mi estancia en ella.

Después de tanto tiempo, me reencontre con mis discos, con mi estimada audioteca que presumía con orgullo en mi adolescencia. En la limpieza y reacomodo de los discos me fui encontrando con adquisiciones memorables como el Stories from the city, stories from the sea de PJ Harvey o algunas que de plano no valieron la pena como el Harmonies from the haunted de Stellastarr* que fue como su tumba (tras ese disco no se supo nada de ellos). Empecé a recordar datos, fragmentos de canciones, anécdotas que me trajeron esos discos... memorias que se desempolvaban al momento de acomodar los discos en el mueble.

Ahora todo es diferente, tengo mucha música en la computadora... pero no es la misma sensación que experimenté. Quizás tendré que agarrar alguno de esos discos, abrirlos y ponerlo en reproducción... y dejar que el tiempo vuelva atrás