miércoles, 25 de febrero de 2009

>.pictures_of_a_broken_heart

Bajo el farol
refugiándose de la noche voraz
lloraba sangriento el corazón roto.
A su lado
rosas con llanto rojizo
deshojadas por el viento
y una carta feliz desgarrada de dolor.
La gente lo veía,
como al novio plantado,
al alma incompleta,
al recuerdo de la triste canción de anoche...
El corazón si llora por la herida
y le arde
es un fuego de aire que le da tajadas
sin sollozos, ni lamentos del despecho
pues la felicidad se ha marchado entre el polvo del olvido
solo espera al amor
para que se lleve su agonía a la eternidad...

>.05

Las enigmáticas banderas de Pantitlán le indicaron a la aeronave que no debia pasar a los Hangares, sino dirigirse a una pista de la Terminal Aerea, y de aquél avión proveniente de Oceanía descendió una multitud de canguros. Mientras algunos curioseaban, otros visitarian a las traviesas ardillas de Aragón para juntos, hacer travesuras en la casa del ingeniero Molina. Los canguros más neuróticos buscarían desesperados el Consulado australiano. Después, todos se reunirían para ayudar al conocido investigador Valle Gómez a resolver los misterios que envolvía la zona. Finalmente, toda La Raza tendría que decidir su destino: marsupiales y comebellotas se dividieron. Muchos grupos abordaron los Autobuses del Norte para emprender un viaje por todo el país, mientras que otros astutos canguros y alguna que otra ardilla colada, amarrarían hueso y plaza vitalicia en el Instituto del Petróleo. Pero años despues, sorprendió a todos una noticia en los diarios nacionales: Un pequeño canguro, que en uno de aquellos días se rompió la pata al saltar, se graduaba con honores como ingeniero del Politécnico, inventándose una pata artificial.

>.number = 2

The Digital Drugstore
Número 2

>.05
>.pictures_of_a_broken_heart
>.listening_now.01

domingo, 8 de febrero de 2009

>.04

Había una vez un niño que se llamaba Martín, y se apellidaba Carrera. Sus compañeros se burlaban de él diciéndole que se parecía al enano barbudo del circo. Un día, con tristeza, caminó por una gran avenida y encontró tirado un cuarzo, al que adoptó como su Talisman de la suerte. Al recogerlo, sus ojos se toparon con un enorme mamut que... vaya uno a sabe porque estaba vivito y coleando. Así, el pequeño y su nuevo amigo prehistórico recorrerían aquella avenida, pasando a comer unos buenos tacos al pastor acompañados por nopales asados de bondojito, para luego, cruzar el quieto río Consulado. Cuando menos lo esperaban, su viaje era transmitido en directo por el Canal del Norte y pocos kilómetros después, el generalísimo José María Morelos les cortó el paso, preguntándoles "¿Y quienes son ustedes?", a lo que Martín respondería "Venimos del norte, no se alarme, general, no somos gachupines". Esto lo tranquilizó un poco y en cuestión de minutos, toda la tropa a su cargo, el mamut y Martín se hallaron comiendo tamales con doña Candelaria, al lado de unos diputados que rompían con sus dietas. Finalmente, todos continuaron juntos su andar, donde más tarde se toparían con Fray Servando, quien les daba la bendición y... un agua de Jamaica para el desempance, encomendándolos a Santa Anita por el exito de su travesía.

>.number = 1

The Digital Drugstore
Número 1

-04

domingo, 1 de febrero de 2009

>.unemployed diary (III)

Se ha acabado mi faceta de desempleado. Y de la manera que menos me esperé.

28 de enero. Mi desahucio por el mal resultado que obtuve en el examen de dominio del inglés, requisito indispensable para ingresar a la carrera que quería (Lengua y Literatura Modermas Inglesas) me traía decepcionado y sin ganas de nada. Había sacado mi última tajada de dinero de mi cuenta, dejando la tarjeta en $0.00, además de que en la espera por la supuesta entrevista (que nunca llegó) perdí una entrevista para un trabajo en el centro y solo me quedaba otra como última opción, para lo cual tuve que trasladarme a Plaza Satélite (bien cerca de C.U. ¿verdad?). Con un sol quemando a todo lo que da y regresandome en pesero por un tramo que se recorría caminando, llegué a la otra entrevista. ¿El lugar? un pequeño despacho de contadores. Ahí, el que suponía era el director general, me entrevisto y al confesar todos mis planes para este año, se dió cuenta de algo que hasta para mi había pasado desapercibido: No estaba buscando trabajo de lo que yo estudiaría, además de decirme muchas sugerencias que me serán útiles. Total, pensé un rato mientras caminaba por el rumbo (clase media alta, como era de suponerse) pero pronto un dolor en mi pierna izquierda me atacó y se volvía cada vez más insoportable, por lo que sin dudarlo regresé a casa. Al llegar y comunicar la noticia del examen, vino el clásico "I told you so!" de parte de mi madre pero al poco rato, mi abuela irrumpió enmedio de la conversación, diciéndome que me habían marcado de un trabajo. Vi un papel con el numero y el nombre de quien había hablado y no recordaba que fuera el teléfono de alguna de las entrevistas donde hubiese ido en los últimos días. Busqué los datos en internet y resultó ser una empresa trasnacional con oficinas en Santa Fé. No lo podía creer ¿Quién pudo rescatar un CV como el mio? y tambien pensé en las casi dos semanas que estuve en la búsqueda de un nuevo trabajo tras mi salida accidentada de Vreo. Una nueva oportunidad me esperaba.

Temprano por la mañana, llamé por teléfono al número que me dejaron. La reclutadora me explicó de lo que se trataba el trabajo: Hacer credenciales para el IMSS. Era de Lunes a Viernes, medio tiempo, y con el mismo sueldo que en mi último trabajo, pero con prestaciones. De inmediato acepté la oferta y me indicaron los documentos que tenía que mandar.

Después de haber enviado documentación y un par de evaluaciones, volví a marcarle a la reclutadora, pues tenía que regresar a mi antigua oficina por unas cosas que dejé. La clínica que quedaba más cerca de mi casa ya se había acaparado el turno de la mañana, por lo que escogí una segunda alternativa, una que estaba cerca de Plaza Aragón. Me dijeron que entraría el viernes 6 y yo no podía estar más satisfecho.

Así fue como, de la nada, dejé el desempleo. Con un trabajo que se que me gustará y me dejará tiempo para mi.