jueves, 15 de noviembre de 2007

No se que fregados me sucede...

Hoy mi vida vuelve a tener algo de normal. Mi último trabajo (ser maestro en una escuela tipo CCPM) me fastidió sobremanera. No es nada agradable salir a un punto de afluencia a volantear para reclutar alumnos, vendiéndoles una idea casi totalmente falsa. Y yo, preocupándome porque aprendan a aplicar fórmulas en Excel, o que supieran programar en Visual Basic y no solo aprender a copiar código a lo imbécil, para que al final, bajo el pretexto de que yo corría alumnos, me sacaran...

Pero no sé que fregados me sucede.

No puede pasar un día sin que escuche una canción, pero no se trata de algún track del nuevo CD de Radiohead In rainbows, o alguna rola desconocida que tocaran en Ibero. La canción es... ¡Si tu no vuelves, en versión de Amaral y Chetes!... aaaaarrrghh. Creo que medio me conozco (sí, medio, porque luego hasta me doy autosorpresas) y se que cuando no puedo dejar de escuchar una canción pop es por una simple razón: estoy enamorado. No hay de otra.

(Antes de continuar, recomiendo leer el post Fabiola de este blog)

Y no se por qué siempre tiene que ser la música pop, porque la mayoria de mis novias han sido aproximaciones a Barbies, por la excesiva popularidad de estos ritmos, traducida en oírlas en la micro, con los vendedores ambulantes, cuando no están poniendo las gruperas de cajón... no lo sé.

Ahora, ya sin trabajo (again...), volví a colgar el traje, soy de nuevo el tipo de pantalón de mezclilla roto que lleva dos semanas sin lavar, que le encanta vagar sin rumbo mientras tiene problemas pendientes por solucionar (deudas, desempleo...). Otra vez vuelvo a ser un poeta fracasado...

P.D.: Ya me harté de mi foto, próximamente la cambiaré...