domingo, 22 de julio de 2007

Maquillaje (Edición 2)



Este cuento corto fue publicado por primera vez en 10603985. Hoy, en x: The Unknown Blog, reeditamos el texto. Próximamente, desenmascararemos el fraude de las empresas multinivel, más poemas, y el cuarto capítulo de
La torre. No olviden dejar sus comentarios.

Janik Ramírez
Maquillaje

Era de noche y Pamela despertó de un sueño tibio, algo así como la sensación de haber cambiado de existencia. La cama ponía a disposición de su cuerpo los resortes desnivelados de un colchón de veinte años, mientras sus brazos emprendían la operación que silenciaría el despertador.
Susu ojos mataban las últimas partículas de sueño que volaban sobre aquél cansado inconsciente. Aunque los efectos externos eran sofocados con un poco de delineador y una taza de café, empezaba otra encrucijada: un nuevo día.

El sol barría del aire los polvos de madrugada que flotaban en el desvelo de algunos vecinos. Pamela se miró al espejo que lucía su orgullo encima del lavamanos, y halló su cuerpo maquillado por algunas cicatrices aún rojas.

-¡Maldita sea! ¿Como me quitaré esto? Y tengo que estar en la oficina al mediodía... -suspiraba con rabia- ¡Maldita perra...!

Aventó su puño al reflejo, quebrando aún mas su cara. Por cada pedazo de espejo, Pamela pagaba con una cicatriz nueva. Un vecino ponía a todo volumen la canción "Broken face" de los Pixies, como si empezara una represión contra ella.

Y disfrazó sus cicatrices con un viejo Angel Face, tratando de cubrir el sufrimiento de verse rota en la mañana. Aunque Pamela era una mujer de excelente cuerpo, su rostro era el reflejo de sus sueños violentos. Podía darle la bienvenida al amanecer con los ojos morados, la sonrisa quebrada, con la marca de un yerro ardiente enmedio de su cuello o con su sangre O negativo bañando a hilillos su pijama.

Esa tarde expió sus culpas con lagrimas que descubrian el esplendor de las vejaciones a su cuerpo sepultadas por el maquillaje. A traves del llanto exhumó el dolor que corría a gotas por el grifo del baño. En aquél momento, Pamela sentía su muerte muy cerca y volvió a sonar aquél despertador. La campanilla la salvó del fin de su vida en un sueño.